
En mayo se ha presentado el I Estudio sobre la organización social de los cuidados, resultado del estudio realizado por Instituto Mujeres y Cooperación (IMC) y la cooperativa Andaira, a través del grupo Tangente, para el Ayuntamiento de Zaragoza.
El informe concluye que las mujeres zaragozanas dedican un 26% de tiempo más que los hombres a tareas de cuidados. Sumado a este dato, las tablas sobre usos del tiempo reflejan que los hombres cuentan con un 11% más de tiempo que ellas para ocio y para su propio disfrute. Frente a estos datos del uso desigual del tiempo y la falta de conciliación en hombres y mujeres, resulta llamativo que más del 50% de las personas encuestadas se manifiesten satisfechas con la distribución de las tareas de cuidados. Esto demuestra que en Zaragoza existe un modelo clásico de distribución de tareas en el, tanto hombres como mujeres, asumen como natural la división sexual del trabajo.
Este estudio es un primer paso para poner en marcha en Zaragoza un proceso participativo para diseñar el segundo Plan de Igualdad de la capital aragonesa; el primero terminó en 2011.
Para promover la Igualdad, la concejala delegada, Arantza Gracia, explica que uno de los objetivos es visibilizar y valorar las tareas de cuidados de la vida. Por eso, dentro del diagnóstico previo a la redacción del Plan de Igualdad, el Ayuntamiento ha encargado este Estudio sobre la organización social del cuidado.
Entre sus conclusiones, en la entrevista concedida a la cadena Ser, Alicia Rius, socia de IMC, destaca que algunos de los obstáculos para la conciliación son que «las mujeres tienen una noción de autocuidado prácticamente nula que les lleva a asumir como propias las tareas de cuidados de toda la familia y a priorizarlas sobre su propio cuidados y necesidades». «Esto provoca», continúa Rius, «una sobrecarga para las mujeres, porque las mujeres asumen el deber de cuidar a la familia, pero no el derecho del cuidado propio, del no cuidado o del derecho a que les cuiden a ellas».
De hecho, cuando se pregunta por qué estrategias utilizan los zaragozanos para favorecer la conciliación, todas las personas entrevistadas hablan del reparto de tareas y de pedir ayuda a otros familiares. Sin embargo, las mujeres añaden «la reducción de jornada, la renuncia a crear una familia propia o el traslado al domicilio de la persona que atienden. Frente a esto, los hombres mencionan «la exigencia a las instituciones para crear los recursos necesarios y la búsqueda de espacios propios para el autocuidado».
El estudio también denuncia que las empresas no lo ponen fácil. «Las políticas de igualdad», asegura Rius, «no se están aplicando en las empresas. Por ejemplo, se dificultan las bajas por paternidad o se olvida el deber de buscar horarios compatibles con la crianza de menores».
En el 14% de los hogares zaragozanos, es necesario el cuidado de menores; en el 11%, de gente mayor y en el 4%, de personas con diversidad funcional.
Tras exponer estos primeros datos, la concejal de Educación e Inclusión, Arantza Gracia, ha destacado que se trabaja en la elaboración del II Plan de Igualdad, en el que uno de los principales ejes serán los cuidados y la corresponsabilidad y entre los primeros pasos a dar es disponer de un diagnóstico. Arantza Gracia se ha mostrado partidaria de «hacer un organización más equitativa del tiempo» al lamentar que «hay una falta de reconocimiento hacia la mujer.
Este estudio es el segundo hito que IMC, en el seno del grupo cooperativo Tangente, lleva adelante en favor de la corresponsabilidad y el bienestar de las personas, en este último año. El rpimero fue la edición de la “Guía para dirigir el tiempo hacia una buena vida” que realizó junto a la cooperativa Pandora Mirabilia.
Consulta el estudio completo haciendo click aquí